Níscalo, Cagarria, Criadillas de tierra, Boletus... Las exquisitas setas hace tiempo que forman parte de la gastronomía abulense con platos como los níscalos en salsa, la cagarria con patatas, etc. Cada vez más entra en nuestra gastronomía el codiciado boletus o la preciosa Amanita caesarea. Todas ellas suponen refinados placeres gastronómicos tanto para Los naturales de esta rica tierra como para Los visitantes, que cada otoño nos acompañan atraídos por nuestros bosques y los hongos que en ellos crecen.

Ávila es una de las regiones europeas con mayor número de especies fúngicas, debido a su posición estratégica y La gran diversidad de flora, climatología, orografía y fundamentalmente a la presencia de abundantes áreas naturales con su vegetación autóctona bien conservada. Esta última es condición indispensable para la existencia de Las setas comestibles más codiciadas.

Las setas, además, se configuran hoy como recurso natural en alza, sobre todo actuando como atractivo turístico de primer orden. Se genera así un fenómeno que se empieza a conocer como micoturismo, responsable de que miles de personas lleguen todos los otoños, hasta nuestros pueblos.

Como recurso natural que ofrecen Los bosques de Ávila, las setas cada año son más valoradas. Pero no debemos olvidar que conocer y conservar los hongos es fundamentalmente por su función ecológica clave en los ricos paisajes abulenses.

Por todo esto es urgente que se realicen en nuestra Provincia trabajos para la identificación de sus especies y La cuantificación de su producción, condición básica para poder planificar una explotación racional de nuestros campos y bosques.